En el camino de ahondar acerca de la innovación educativa y las perspectivas teóricas que permiten comprenderla a mayor profundidad, presento a continuación cada una de esas. 

Desde la perspectiva cultural la innovación educativa siempre debe estar pensada en el desarrollo y bienestar de las personas. En ese sentido, considero que conocer las formas de vida, creencias, necesidades y expectativas del conglomerado es vital para lograr el éxito de la innovación. «El éxito de una innovación depende de su capacidad para integrarse y resonar con la cultura existente, en lugar de chocar con ella, se trata de adaptarlas a la realidad sociocultural específica de los estudiantes y docentes.» (Andrade, 2025 p. 11). En la medida en que la innovación educativa dé respuesta a las personas y a su idiosincrasia cultural, mayor aceptación tendrá y mejores resultados generará.

En lo que refiere a la perspectiva tecnológica. El desarrollo se nutre de la inventiva y la creatividad alineada con la ciencia, para dar respuesta a necesidades específicas y solucionar problemas reales. «La tecnología actúa como un catalizador para la innovación, permitiendo la implementación de nuevas metodologías y la adaptación a las necesidades de la sociedad actual. » (Andrade, 2025 p. 11).   Lo tecnológico deriva en cambios, mejoras y eficiencia, simplificando tareas, rompiendo barreras de tiempo y distancias. 

Asimismo, la perspectiva política regula el uso y fortalecimiento de la innovación educativa, promueve su despliegue a mayor escala en el país, impulsa más investigaciones y orienta que esos avances sean asumidos como política estatal en los contextos escolares. «Desde este enfoque, la innovación no surge de manera aislada en las escuelas, sino que es promovida, regulada o financiada por decisiones tomadas a nivel estatal o federal.» (Andrade, 2025 p. 16).  Sin embargo, este planteamiento no siempre es así en el desarrollo de las políticas estatales de apoyo educativo.

 Las tres dimensiones (Tecnológica, Cultural y Política) podrían actuar en conjunto para beneficiar la educación por medio de la Innovación, considero que esta triada se complementa y puede generar sinergia en favor de la educación. Toda vez que, la innovación educativa es un catalizador del desarrollo educativo.

En conclusión, ese avance no puede hacerse dejando de lado la forma de vida de las personas, eje fundamental de la educación. De igual manera, la perspectiva tecnológica sitúa la innovación educativa en respuesta a la realidad actual, a las demandas de los estudiantes, a los adelantos de la ciencia que se materializa en equipos, herramientas, acceso a recursos didácticos.  Asimismo, la perspectiva política garantiza el marco normativo para la puesta en marcha de la innovación educativa, sistematiza los resultados y apoya un alcance más amplio de la innovación en el territorio y en el sistema educativo.