La educación superior está atravesando uno de sus periodos financieros más difíciles en décadas. La incertidumbre financiera, la disminución de las inscripciones y las crecientes presiones de retención y personal han dejado a muchas universidades y colegios en una situación precaria a nivel operativo, académico y financiero. La pregunta que une a las universidades es cómo hacer más con menos, sin simplemente recortar costos. La inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una herramienta práctica para ayudar a las instituciones a optimizar operaciones, extender recursos limitados y reenfocar el tiempo y la atención en lo